Ingredientes de la sopa de queso cheddar
Tamara Gane es una escritora de viajes, comida y estilo de vida cuyo trabajo ha aparecido en más de 30 publicaciones destacadas, como Travel and Leisure, TripSavvy, The Washington Post, The Independent, NPR, Taste of Home, Wine Enthusiast y muchas más.
Si su cocina se llena del delicioso aroma de un caldo de pollo casero, la sopa fina es algo bueno. Pero si estás preparando una sopa más sustanciosa, como nuestra Sopa de Tomate Asado con Queso Cheddar, lo más probable es que tengas en mente algo un poco más espeso y cremoso. A veces, conseguir que la sopa tenga la consistencia adecuada puede ser complicado. Si acabas de hacer una hermosa olla de sopa y no es lo suficientemente espesa, la ayuda está aquí. Aquí tienes algunas formas sencillas de espesar la sopa.
A veces la sopa necesita más tiempo de cocción para alcanzar la consistencia perfecta. Comprueba si las verduras están tiernas y prueba el caldo. Si la sopa sabe un poco aguada, dale más tiempo. Si el caldo está bien sazonado y sabroso, utiliza uno de los métodos que se indican a continuación. Cocer la sopa demasiado tiempo puede hacerla demasiado salada.
¿Qué queso es mejor para la sopa?
Los mejores quesos para las sopas tienen un alto contenido en humedad y un punto de fusión más bajo, como el cheddar de medio a fuerte, el fontina, el gruyere y el suizo.
¿Cómo se espesa la sopa de queso cheddar?
Añadir harina o maicena
Puedes espesar la sopa añadiendo harina, maicena u otro sustituto del almidón. Para obtener los mejores resultados, nunca añadas harina o maicena directamente a la sopa. Si lo hace, se formarán grumos. En su lugar, vierte una pequeña cantidad de caldo en un cuenco aparte y déjalo enfriar.
Sopa de patata y queso allrecipes
El queso añadido a una sopa puede formar grumos si el cocinero no tiene cuidado. Si la temperatura de cocción es demasiado alta o la sopa no incorpora vino u otro ingrediente ácido, pueden formarse grumos. En lugar de arriesgarse a alterar la receta con unos chorritos de vino o zumo de limón, puede poner en práctica algunas medidas alternativas que no alterarán la integridad de la receta y evitarán que usted y su familia tengan que sufrir una sopa grumosa y poco apetitosa.
Añade una o dos cucharadas de harina o maicena al bol y remueve la mezcla con una cuchara para que el queso quede recubierto. Esto ayudará a estabilizar los parches de proteína y las bolsas de grasa del queso y evitará que se formen grumos.
Receta de sopa de queso
Kenji fue director culinario de Serious Eats y actualmente es consultor culinario del sitio. También es columnista gastronómico del New York Times y autor de The Food Lab: Better Home Cooking Through Science.
En el mundo de los cheaty foods, la sopa de brócoli y queso siempre ha parecido una de las más tramposas. Sí, “brócoli” es la primera palabra del nombre, y “sopa” suena sano, pero seamos realistas: Cuando te acercas al mostrador y le dices a la persona que hace el pedido: “Quiero un tazón de sopa de brócoli y queso, por favor”, lo que en realidad estás diciendo es: “Gracias por hacer que sea fácil y aceptable tomarse un tazón de salsa de nachos y queso para comer”.
No hay nada malo en aceptarlo. El queso es delicioso, y no todos los almuerzos tienen que ser virtuosos. Aun así, a veces me gustaría que la parte del brócoli se tomara un poco más en serio, aunque sólo fuera por la razón puramente egoísta de que me encanta el brócoli.
Para mi primera prueba, utilicé una técnica muy común: Rehogar las cebollas y las zanahorias en mantequilla hasta que se ablanden pero no se doren, ya que las cebollas y las zanahorias doradas se vuelven demasiado dulces. Añadir un poco de caldo de pollo a la olla -el agua también sirve, aunque el caldo de pollo le da más sabor- junto con un poco de lácteos (probé con nata espesa, leche normal y leche desnatada y descubrí que la leche entera era la mejor; aportaba cremosidad sin una cantidad abrumadora de grasa láctea adicional, que puede opacar los sabores). Espesar con almidón. Cocer a fuego lento. Incorporar el queso. Añadir el brécol y cocer hasta que esté tierno.
Patatas Bear Creek
En un borrascoso día de invierno, pocas cosas son más satisfactorias que un humeante plato de sopa, y el queso puede desempeñar un papel secundario o protagonista en cualquier plato que se sirva. Además de añadir sabor, el queso puede aportar textura e interés visual a una sopa. ¿Quién no ha sentido que sus ojos se abrían de par en par al ver un trozo de pan con queso asado o trocitos de queso en su tazón?
Las sopas espesas son una opción muy común cuando un cocinero quiere que el queso sea el centro de atención de un plato. Ejemplos de sopas espesas son la bisque, la sopa de pescado, el puré de tomate y el caldo espesado (también llamado velouté, que es una de las cinco salsas madre francesas).
De pequeño, la sopa de queso favorita del chef ejecutivo de Destination Kohler, Matt Bauer, era la de brécol con queso. “La sopa de queso y cerveza es una sopa estupenda y versátil que se puede tomar sola o como salsa para pretzels blandos o nachos”, añade.
Mary Quicke, directora gerente de Quicke’s, una empresa quesera familiar de Devon (Inglaterra), señala la coliflor y el queso de estilo alpino o el Stilton y el brócoli como algunos ejemplos de sopas espesas. La sopa de remolacha acabada con queso feta persa es otra opción para quien busque una opción menos tradicional.