Nata para montar congelada
El queso para montar se puede congelar. Esto es bueno saberlo si sueles comprar queso fresco a granel, o si simplemente quieres guardar tu bloque de dulce y ácido lácteo para más tarde. Sólo tienes que ablandar el queso fresco para poder reutilizarlo en salsas, glaseados, pasteles, pasta y guisos. Sin embargo, la textura puede cambiar, así que vamos a explicarte cómo congelar el queso fresco y volver a hacerlo cremoso después de descongelarlo.
Sí, se puede congelar el queso fresco, igual que la mantequilla y otros productos lácteos. También puedes hacerlo con otros tipos de queso fresco. Desde salsas y salsas para mojar hasta glaseados y glaseados, todos ellos se pueden congelar. Incluso puedes congelar una tarta de queso crema sin hornear para prolongar su vida útil. Es realmente práctico y cómodo.
Sin embargo, tiene truco. Aunque técnicamente el queso fresco se conserva congelado, la calidad del producto no es la misma. El queso crema congelado tendrá una textura ligeramente desmenuzable y granulosa debido a su alto contenido en agua.
Molde de queso azul
Aunque te encante el queso crema, a veces no puedes utilizar el que tienes de una sola vez para una sola comida o receta. Como resultado, te quedas con un bloque de queso crema abierto que puede que no necesites pronto.
Esto me hizo pensar un día: ¿se puede congelar el queso fresco? Sí, se puede congelar hasta 2 meses. Sin embargo, el queso sufrirá algunos cambios de textura y consistencia, por lo que no será adecuado para untar. En cambio, puede utilizarse en recetas de repostería y postres.
¿Se pregunta cómo hacer que su queso descongelado vuelva a tener un aspecto cremoso? o puede que se pregunte cómo congelarlo para que no sufra quemaduras por congelación. ¡Sigue leyendo mientras respondemos a estas y otras preguntas que puedas tener!
El queso fresco congelado parece granulado y quebradizo en comparación con el queso fresco sin congelar, que suele ser más suave y denso. La diferencia de textura se debe al contenido de agua del queso fresco.
A diferencia de otros quesos, el queso crema incluye nata, de donde procede el nombre de “queso crema”. La adición de nata hace que el queso cremoso sea más suave y, algunos dirían, más sabroso que otros tipos de quesos.
Nutrición del queso
Batir o meter en el microondas el queso fresco congelado, una vez descongelado, es una forma estupenda de recuperar parte de esa textura cremosa. Recomendamos utilizar el queso blando descongelado en recetas como tortitas, salsas calientes y platos al horno, donde la textura se notará menos. Aprende a congelar y descongelar distintos tipos de queso blando.
Los usos más comunes incluyen untar el queso sobre galletas saladas, pan de masa fermentada y bagels con salmón ahumado, aguacate o jamón serrano. También se utiliza como salsa cremosa para palitos de pan, zanahorias, apio y pepino.
Recomendamos reutilizarlo, incorporándolo a distintas recetas. También es perfectamente seguro congelar platos como pasta, bolas de queso y curry que hayan incorporado el queso blando en su interior.
Para el queso fresco abierto, coge los restos del envase de plástico original. Vierta la cantidad que desee congelar en una hoja de papel de aluminio. Le aconsejamos que lo haga por porciones, ya que no es recomendable volver a congelar el queso.
Introduce la bolsa en el congelador, preferiblemente cerca de las paredes para que el queso se congele rápidamente. Cuanto más rápido se congele el queso, mejor conservará sus nutrientes y evitará que se formen cristales de hielo. Una vez que el queso esté bien congelado, puede colocarse en otro lugar del congelador.
Patatas congeladas
Batir o meter en el microondas el queso fresco congelado, una vez descongelado, es una forma estupenda de recuperar parte de esa textura cremosa. Recomendamos utilizar el queso blando descongelado en recetas como tortitas, salsas calientes y platos al horno, donde la textura se notará menos. Aprende a congelar y descongelar distintos tipos de queso blando.
Los usos más comunes incluyen untar el queso sobre galletas saladas, pan de masa fermentada y bagels con salmón ahumado, aguacate o jamón serrano. También se utiliza como salsa cremosa para palitos de pan, zanahorias, apio y pepino.
Recomendamos reutilizarlo, incorporándolo a distintas recetas. También es perfectamente seguro congelar platos como pasta, bolas de queso y curry que hayan incorporado el queso blando en su interior.
Para el queso fresco abierto, coge los restos del envase de plástico original. Vierta la cantidad que desee congelar en una hoja de papel de aluminio. Le aconsejamos que lo haga por porciones, ya que no es recomendable volver a congelar el queso.
Introduce la bolsa en el congelador, preferiblemente cerca de las paredes para que el queso se congele rápidamente. Cuanto más rápido se congele el queso, mejor conservará sus nutrientes y evitará que se formen cristales de hielo. Una vez que el queso esté bien congelado, puede colocarse en otro lugar del congelador.