Senderismo Zahara a Grazalema en Andalucía
Queso de cabra curado recubierto de manteca de cerdo ibérico con un sabor muy intenso, ligeramente picante y de color blanquecino. Es ideal para los amantes del queso con mucho sabor. Queso elaborado artesanalmente con leche de la Sierra de Grazalema. Peso aproximado 0,850 kg.
Todos nuestros quesos se elaboran según los métodos tradicionales, aprendidos de las generaciones que nos precedieron y que tanto cuidaron la elaboración de sus quesos, siguiendo el ritmo que marca la naturaleza, sin prisas. Sólo así, madurando los quesos el tiempo que necesitan (más de 6 meses en el caso de los curados) se consigue mantener la esencia de un producto que forma parte esencial de la cultura culinaria de nuestro pueblo.
El reloj – Grazalema
Visitar esta granja de cabras murciano-granadinas es mucho más que eso. Es aventurarse en el parque natural de Grazalema, para rodearse de un impresionante paisaje de montañas, encinas, algarrobos, plantas aromáticas mediterráneas como el tomillo, entre olivos, aliagas y los pastos que dan un sabor especial al queso Puerto Carrillo.
En esta finca quesera te recibirá Domingo, el pastor y creador de quesos de leche cruda con la leche de sus propias cabras. Comenzarás tu experiencia caminando por su amplia finca rural donde las cabras andan libres, los cabritos acompañan a sus madres… Conocerás el manejo de estos animales en su rutina diaria…
Más tarde, entrarás en el pequeño obrador donde se elabora el queso de forma totalmente artesanal y con el uso de energías renovables siguiendo una coagulación enzimática o láctica, así como el yogur. Podrá preguntar directamente al productor sobre los secretos del mundo del queso.
Domingo dirige esta “granja de quesos de campo” situada en Benaocaz, un pueblo blanco de la Serranía de Cádiz, en el corazón del parque natural de Grazalema (suroeste de Andalucía, España). Domingo es agricultor de 3ª generación y cuenta con un rebaño de 140 cabras murciano-granadinas en su finca de 30 Hectáreas, aunque Domingo…
Quesos españoles
La producción del queso Payoyo, muy tradicional, sigue los mismos métodos que empleaban los pastores y cabreros de este particular rincón de Cádiz en la Serranía de Ronda. En la fábrica, el cuajo se sigue elaborando y vertiendo en los moldes de forma manual.
Esta raza de oveja merina está registrada como en peligro de extinción. Por lo tanto, el queso de esta leche es raro y, naturalmente, de producción limitada. La leche en sí es de muy buena calidad, con altos niveles de grasa y proteína, gracias a la cantidad de lluvias en los pastos de montaña de Grazalema. La corteza del queso está recubierta de una mezcla de manteca de cerdo y germen de trigo, un cultivo local, que le da un sabor muy particular y bastante picante.
Este queso de leche de oveja fuerte y pasteurizada procede de la quesería Payoyo, en lo alto de la Sierra de Cádiz. El queso lleva el nombre del pueblo en el que se produce, Grazalema. Es un queso semiduro, curado en una capa de manteca de cerdo y germen de trigo, lo que le da un glorioso sabor fuerte, y un ligero regusto a queso azul. Tiene un intenso sabor salado, con toques de caramelo, almendras y un sutil picor. Se envejece hasta 18 meses.
Grazalema – Bergsby i egen naturpark
Junto con Grazalema, El Bosque es una puerta de entrada al Parque Natural de la Sierra de Grazalema y un lugar ideal para establecerse si tiene la intención de aprovechar el magnífico senderismo, la caza y la pesca en la zona. También puede visitar El Bosque por otra razón más gastronómica.
El atractivo es la comida. El jabalí, el venado y la cabra montés, procedentes de la cercana sierra, aparecen en los distintos menús junto con dos productos por los que la localidad se ha hecho famosa, los quesos y los embutidos. Muchos locales son creativos y elaboran platos apetecibles y las raciones no son pequeñas. Eso sí, hay que tener en cuenta que los restaurantes no suelen abrir por la noche hasta las 20.30 horas.
La elaboración de queso en Andalucía comenzó con los íberos durante el primer milenio antes de Cristo. Las ovejas y cabras autóctonas habían sido domesticadas mucho antes, durante el Neolítico, y era la leche de estos animales la que se utilizaba. En Andalucía se sigue prefiriendo el queso de oveja y de cabra al de vaca.
